lunes, 20 de octubre de 2008

Otoño


Como quieres que te olvide si cuando empiezo a olvidarte recuerdo que te olvido y comienzo a recordarte...............

Huida

Me decía que todo principio no es más que una continuación y que el libro de los acontecimientos se encuentra siempre abierto a la mitad. Y aunque en noches de romance se tuteaba con la luna, llegó a reducir al mínimo todas sus aspiraciones para soslayar el sufrimiento de la vida. En este Otoño su mirada se envolvió en ese gesto displicente que iba de un casi nada a todavía no. Sin apenas margen para elegir su propio estilo de vida, un día se tumbó en el diván para ver pasar el mundo y visto lo visto, se aburrió y se fue. No volví a saber de su serena piel.

Sencillez

Basta una mirada para sentir, para desentrañar la melancolía del gesto y apoderarme del brillo eterno del sentimiento. Solo un sonido para escuchar su melodía en aparente quietud. Con solo un acercamiento todo se produce tan cálidamente trenzado como la llama que agita el fondo del mar.

Presagio

Volaremos juntos pero no atados, se decían mientras la vida se les asomaba coloreando sus almas como un presagio de eterna primavera y sin espacio para nebulosos horizontes. Pero la penumbra invadió sus vidas en un enjambre de miradas apagadas y párpados caídos, prisioneros de rutas inventadas que desaparecían limitados por su día a día. Confundidos entre ramas deshojadas, se quedaron atrapados enarbolando un mañana será otro día. No supieron ponerle alas a su vuelo, ni inventar excusas a su cautiverio. Quisieron quemarse con el fuego de poniente, pero sus brasas no dejaron ni un rescoldo para la alegría.